Aristóteles Sócrates Onassis

No he perdido el juicio, no. Se que es un blog de moda y es por eso que vamos hablar de Aristótels Onassis. Es uno de los pocos hombres que podría haber presumido de estar con auténticos iconos, supervivientes hasta hace relativamete poco.
Y es que la vida del Sr. Onassis es más que una telenovela en el momento álgido. Es cierto que todo lo trágico tiene algo de romántico y también es cierto que hay mitos que se conocen entre ellos y dejan de serlo.
Onassis el 28 de diciembre de 1946 se casó con Athina Mary Livanos, hija del magnate naviero Stavros Livanos. De ahí que aprendiera el negocio naviero a costa de Livanos. Con ella tuvo dos hijos, Alexander (30 de abril de 1948- 23 de enero de 1973) y Christina (11 de diciembre de 1950-19 de noviembre de 1988), ambos nacidos en Nueva York, por raro que nos suene.


Pero la vida de Aristóteles no es conocida por sus matrimonios decendetes. Es conocida por sus cruceros a bordo del ChRISTINA. Desde el Mediterráneo, pasando por el mar Egeo, la Costa Azul, la isla privada de Skorpios. ¿Sus invitados? Toda la realeza. Invitados lujosos tanto del mundo del espectáculo como de la sociedad américana.  Es aquí donde Aristóteles conoció a Jacqueline Kennedy. Churchill o Sinatra eran asiduos a las fiestas. 50 años de historia.






Es un barco donde historia y leyenda surcan los mares como una vivienda flotante de cinco estrellas. El Christina se convirtió en un símbolo de la vida del hombre más rico del mundo y de su poder. Onassis no dudó en construir un barco que fue su seña de identidad.
Entre la excentricidades que se pueden encontrar en el yate está el salón lapislázuli, que se llama así porque existe en él una chimenea realizada a base de esa piedra preciosa. Anexo a él hay un bar donde los taburetes son de piel de testículo de ballena. El naviero no dudó en colocar grifos y picaportes de oro en algunas dependencias.

Sin embargo, la joya de la embarcación es la suite Onassis que se ubica en la cubierta superior y tiene 220 metros cuadrados. En aquella cámara Aristóteles Onassis sedujo a Jacqueline Kennedy, Maria Callas o Eva Perón. El salón que antecede a la habitación está presidido por una chimenea donde cuelga un pequeño cuadro original de Renoir.

Bajo la suite de Onassis está ubicado el salón María Callas donde la cantante deleitaba a sus invitados desde una pequeña tarima. Además el barco cuenta en la actualidad con el disco de oro que logró Callas. A lo largo de todo el yate se pueden ver fotografías de su anterior inquilino y de sus invitados.
Desde que murió Onassis, su propietario es John Paul Papanicolau pero no es el único que navega con él. Este yate de casi 100 metros de eslora se alquila. Actualmente Madonna lo utiliza para sus vacaciones.

Y llegó María a su vida, la gran María Callas, también griega. Entre ellos nació una pasión desbordada.
 

"Cenas regadas con Dom Perignon, paseos románticos por cubierta, largas conversaciones nocturnas para hacer frente al insomnio... Así nació la historia de amor entre la soprano Callas y el armador griego Onassis... Fué el verano de 1959 durante por un crucero entre el Mediterraneo y el Jónico. Una noche de escala en Estambul la diva del bel canto y Ari hicieron el amor por primera vez. Todo era perfecto salvo que los enamorados viajaban acompañados por sus cónyuges, Tina Livanos y Giovanni Battista..."
Tina lo tuvo claro y rompió con su marido. Porque mientras su matrimonio era serio y aburrido y su marido coleccionaba amantes ella se dejaba querer por dos playboys de la época: Rinaldo Herrera, más tarde marido de Carlina Herrera y por el dominicano Porfirio Rubirosa. Tina no dejó que el barco atracará en Montecarlo, en alta mar le pidió el divorcio. Al marido de la soprano le costó unos días más darse cuenta de la situación, pero igual que la ya ex señora Onassis abandonó el crucero antes de tiempo y así dió por finalizado un matrimonio de más de diez años.
 


María lo amó hasta la muerte y problamente él también a ella.
Las malas lenguas y eso es lo que nos gusta en este blog, dicen que Callas dio a luz a un niño en 1960 el cual vivió pocas horas. Ella enloquecida intentó repetidamente que  Mister Onassis se casara con ella, a lo que el naviero se negaba.
La soprano se retiró durante un breve tiempo mientras duraba su relación con Onassis pero cuando volvió de nuevo a escena, su voz evidenciaba signos de decaimiento. En 1965, realizó su última representación operística con Tosca en el Covent Garden de Londres. En ese momento tenía 41 años. Tres años más tarde, Aristóteles Onassis dejó a Maria Callas por Jacqueline Kennedy.

El matrimonio con Onassis cobraba sentido: él tenía el dinero y el poder suficiente para darle el status y la protección que buscaba; ella tenía el estatus social que él necesitaba. Onassis finalizó un soñado romance con la diva María Callas para poder casarse con Jackie. La boda se celebró en la isla privada de Skorpios
El matrimonio no fue por amor. Las relaciones con los hijos de Onassis fueron tortuosas y Jackie al poco tiempo de casada, dio rienda suelta a una serie de gustos extravagantes que su afligido marido tenía que satisfacer a costa de grandes sumas de dinero en recursos malgastados y dedicación extra de sus empleados.
Su gusto muy personal por las joyas, era indiscutible. Tanto durante su matrimonio con Kennedy, como posteriormente con Onassis, supo lucir piezas impresionantes, tanto en precio como en gusto. Se han llegado a subastar muchas de esas joyas por valores realmente importantes. No olvidemos que Callas perdió todas sus joyas. Se quedaron en la caja fuerte del Christina. Más tarde era Jaqueline quien las luciría.

Claro que durante el matrimonio con Onassis su colección creció de un modo notable. Se dice que él le habría regalado no menos de 4 millones de euros en joyas. Buena parte de los mismos fueron en el anillo de compromiso, subastado en mas de dos millones y medio de dólares, en 1996.

La sala de subastas de Christie´s de Londres , siguiendo el deseo de su única hija y heredera, Athina ,las vendió todas.En total 40 lotes de joyas, por valor de 8.640.520 euros . Se rumoreaba que a la chica de 25 años no le gustan las joyas y que vive dedicada a la hípica junto con su marido, el jinete olímpico brasileño Alvaro Affonso de Miranda Neto y la hija de éste, Viviane, con la que viven ahora en Bélgica, siempre entrenando, o en Sao Paolo .Las joyas más caras, un espectacular diamante en forma de pera de 38 carates de Harry Winston con su collar de diamantes (4.579.260 euros pagados por un comprador de Oriente Medio ) y un pequeño Buda del joyero de los Zares, Fabergé, (comprado por Alexander Ivanov por 1.604.000 euros) que Aristóteles Onassis tenía en su yate Christina.

La venta de las joyas de Christina Onassis formaba parte de una importante subasta de joyas que superó los quince millones de libras esterlinas, todo un record mundial. El director de Christie´s encargado de Joyería , Raymond Sancroft-Baker, había comentado que Athina Onassis de Miranda, como se conoce formalmente a la nieta de Aristóteles Onassis desde su matrimonio en diciembre del 2005, consideraba que estas joyas tan importantes no formaban parte de su estilo de vida . Athina podría, de haberlo elegido, ser un miembro mas del grupo de armadores multimillonarios que vive en Inglaterra, en Suiza o en Estados Unidos. Sin embargo ha elegido la vida de una dedicada deportista alejada de las grandes fiestas y de las revistas del corazón . En Christie´s estimaron que el éxito de esta venta se debía a la gran calidad de las joyas y otros objetos preciosos subastados, pero tambien al nombre Onassis .






 


También llegó el escándalo con la pareja. Fotografiaron a la ya la Señora Onassis desnuda y EEUU se escandalizo. Era una cotracorriente a un matrimonio casi finalizado.
 
La pareja pasaba poco tiempo junta. Mientras Onassis viajaba con Carolina y John (el hijo de Onassis, Alejandro Onassis, había introducido a John en el mundo de la aviación), a Jackie se la vio rara vez en compañía de su hijastra Christina Onassis, que finalmente terminó rechazándola. Al cabo de unos años la relación se deterioró completamente y Onassis, ya hastiado, decidió que era tiempo de desembarazarse de su costosa esposa, que pasaba la mayor parte de su tiempo viajando y comprando, y empezó a tramitar su divorcio mientras intentaba reconquistar nuevamente a María Callas. Aristóteles buscaba refugio en ella.
 

Mientras María vivió prácticamente recluida en París su última década. Se había instalado definitivamente en París en la más completa soledad hasta su muerte a los 53 años en su apartamento de la Avenue Georges Mandel 36 (y Rue des Sablons) cerca del Arco de Triunfo (hoy esa sección lleva el nombre "Allée Maria Callas").
Nunca supo reponerse de la muerte de su hijo ni al abandono del armador. Dicen que esa fue la última vez que se vieron físicamente ella y el armador. Años más tardes, depués de tener una vida frívola con Jacquie sus ojos y su corazón no dejaron de pensar en Marïa .
Entró en una fuerte depresión e incluso llego a perder su magnífica voz. «…su canto asemeja una herida abierta, que sangra entregando sus fuerzas vitales…como si ella fuese la memoria del dolor del mundo…» llegó a decir Khurt Phalen.

Había conocido el triunfo máximo pero también el fracaso profundo.


El 16 de septiembre de 1977 María se despertó en su casa de París. Desayunó en la cama y fue hacia el cuarto de baño. Tenía un dolor punzante en el costado izquierdo y se desmayó. Fue llevada otra vez a la cama y bebió un café fuerte. Reclamaron la presencia del médico del mayordomo, que salió inmediatamente hacia la residencia de Maria, quien murió antes de que llegara. Su funeral tuvo lugar el 20 de septiembre y su cuerpo fue incinerado en el cementerio parisino de Père Lachaise.

Las razones de su muerte quedan poco claras: oficialmente se trató de una «crisis cardíaca», pero no se descarta que se suicidara ingiriendo una dosis masiva de tranquilizantes. Su urna fúnebre fue robada y encontrada unos días más tarde. Tras su recuperación se dispersaron sus cenizas en el Mar Egeo.

Aristóteles Onassis nunca se recuperó de la muerte de su hijo. Onassis sumido en una depresión y además de ser excesivo fumador de puros, murió en Neuilly-sur-Seine, Francia, a causa de una neumonía bronquial a la edad de 69 años. Jacquie guardó un luto aparente por la muerte de su marido, mientras sus abogados corrían a validar el acta de matrimonio. Mientras estaban tramitando aún el divorcio, Onassis murió el 15 de marzo de 1975, dejando una gran herencia a Jackie y desencadenando un litigio con Christina Onassis.

Jaqueline en cambio se volvio a casar. Su relación duró algo más que el matrimonio con John F. Kennedy y casi el doble del romance con Aristóteles Onassis. “El tercer hombre” era un acaudalado empresario, contratado por Jackie para cuidar sus inversiones. Desde 1980, Maurice tiró por la borda 30 años de matrimonio y se mudó a un apartamento muy próximo al refugio de Jackie, en la Quinta Avenida. Caroline y John John, adultos, lo aceptaron sin reparos como padrastro.



En los primeros días de 1994, Jackie tomó tranquila la noticia del cáncer, pensó que el tratamiento iba bien, aunque cuando la realidad fue más sombría se ocupó de arreglar absolutamente todo. Reunió sus documentos personales y los depositó en una caja fuerte. “Pido a mis hijos que respeten mi deseo de intimidad”, precisa el testamento. Murió el 19 de mayo de ese año. Su hijo, John Jr., la despidió describiéndola “llena de palabras, con los lazos de familia y hogar en alto, y su espíritu de aventura siempre presente”. Desde entonces, y con su aura intacta, yace junto a su primer esposo, Patrick y Arabella en el cementerio de Arlington, Virginia.


Jackie tuvo una infancia repleta de lujos, educación privilegiada y obligaciones. Nunca una primera dama había tenido tal estilo, extravagancia, belleza y publicidad. Madre joven, ícono de la moda, modelo de acción. Revolucionó la Casa Blanca y fue el centro de miradas incluso el fatídico día en Dallas. Para muchos, y como afrenta pública, cambió el Kennedy por Onassis. Se reinventó y se enamoró de los libros hasta que una primavera la sorprendió en Nueva York.





La primavera la sangre altera

Necesito y quiero empezar el post haciendo un autoejercicio de objetividad; primero os lo muestro y después disertamos....


Ejem... ¿por dónde empiezo a buscar mi objetividad? La verdad es que ¡NO PUEDO! Es sexy, masculino, guapo, con carisma, macizo, divino, poco terrenal.... adiós a la objetividad... En fin.... solo puedo deciros que Noah Mills está aquí por méritos propios, empezo desde abajo y poco a poco tiene a sus espaldas las mejores campañas de este año.
Uno de sus sellos de identidad, aparte de su alargado y atractivo rostro, es la marca que posee en su brazo izquierdo. En el hombro, Noah lleva grabado un 'O7', número que llevaba cuando jugaba al baloncesto. Tal y como él confesó un día que celebraba junto a su equipo la victoria de un campeonato, pidió a un amigo que le marcará este símbolo con un cuchillo, previamente calentado con un mechero....

¿Os imaginais un día con el Sr. Mills?







Después de lo divino empezamos por lo terrenal!!

Baticinado estaba desde hacía unos meses. Esta primavera 2010 nos altera la sangre. Stefano Pilati ha convertido a YSL en un "tallier" creador de tendencias. Natalia Vodianova presenta una colección discreta pero chic. ¡Viva lo chic! Esto tiene aires masculinos pero a la vez Natalia se sumerge en la joyas en forma de fresas. Fresas en los vestidos de volantes, fresas en las camisas, fresas en las faldas.... ¿Qué no podemos dejar de tener? Sin lugar a duda, las blusas campesinas, marca de la casa.  Tuve hace poco una de ellas en la mano y mammma mmmia, tienen un trabajo excelente.  Si quereis alguna debeis cerrar ya el blog y salir corriendo... están casi agotadas y no habrán próximos envios. Y por favor, quedaros con la de color frambuesa.
Vi también una innovadora paleta de colores verdes, morados, nudes o grises. Pilati construye la ropa. Las prendas son de algodón orgánico. Apostamos al minimalismo.



¿Otro impresdcindible de la mainson? Los cinturones y los pantalones holgados. Correr a por todo ello!




























La mujer de este siglo debe ser una mujer sin perjuicios, libre, independiente, que busque experimentar... os dejo estas fotografías de la campaña de Fairground que nos enseñan que no debemos sentir miedo a la desconocido, que debemos atrevernos... que en el riesgo está el éxito.






Moda diferente en cuerpos diferentes. Para gusto, los colores. Solo se puede encontrar online, eso si, debeis ser cuidados@s al elegir. No todo sienta bien.

Acabo el post con un guiño a nuestro interior.... porque si importante es sentirnos fantásticas por fuera más importante es sentirnos sexys por dentro.
Blancos, negros, turquesas, corales, azules petróleos, más negros, naranjas muy anaranjados y más negros.
Transparencias que muestran pero no enseñan. Detalles que nos hacen únicas. Andrés Sarda se encarga del resto. Bienvenidos a French Riviera